COMPROMISO SOCIAL Y MEDIOAMBIENTAL
FLORENSE SE DESTACA POR SU TRAYECTORIA DE PIONERISMO Y SU COMPROMISO CON LA EXCELENCIA, LA SOSTENIBILIDAD Y LA RESPONSABILIDAD AMBIENTAL EN TODA SU CADENA PRODUCTIVA. Fue la primera fábrica de muebles en Brasil en obtener la certificación del Sistema de Gestión de la Calidad ISO 9001, conquistada en 1997. También fue la primera fábrica de muebles en América Latina en operar con un Sistema de Gestión Ambiental (SGA) certificado por la ISO 14001, reafirmando, desde 2001, su compromiso institucional con la protección del medio ambiente. El 100% del MDP y MDF utilizados —principales materias primas de la empresa — proviene de proveedores certificados por el FSC, lo que garantiza el uso de madera proveniente de manejo forestal responsable. El 80% de los paneles de MDP/MDF utilizados en la producción cuentan con certificación internacional CARB, norma que regula y limita la emisión de compuestos orgánicos volátiles (COVs), como el formaldehído, contribuyendo a la creación de ambientes interiores más saludables. Desde 2012, el 100% de la energía eléctrica consumida en los procesos industriales de Florense proviene de fuentes limpias y renovables, evitando en promedio la emisión de 580 toneladas de CO2 por año, lo que evidencia el impacto positivo de sus prácticas en la mitigación del cambio climático. En el espacio Casa Florense, el sistema fotovoltaico instalado genera aproximadamente 37.000 kWh de energía solar al año, reforzando el compromiso del Grupo Florense con la expansión de fuentes energéticas sostenibles. El 100% de los efluentes sanitarios e industriales son tratados adecuadamente y devueltos al medio ambiente en condiciones seguras, sin causar daños a los ecosistemas. A través del sistema de ósmosis inversa — una de las tecnologías más avanzadas en tratamiento de agua — se logra una mayor calidad en los procesos industriales, optimizando parámetros operativos y contribuyendo a la reducción del consumo de agua. El 100% de los residuos de MDP/MDF, aluminio y vidrio —principales materiales utilizados en la producción— son reutilizados o reciclados, fomentando así la economía circular. El 75% del total de residuos sólidos generados se destina al reciclaje, aprovechando sus propiedades físicas, químicas y biológicas para nuevas aplicaciones industriales. El 20% de los residuos sólidos, compuestos exclusivamente por materiales clasificados como peligrosos, se destinan al coprocesamiento — técnica que utiliza estos residuos como combustible en hornos de producción de cemento, sin generar pasivos ambientales. La energía térmica esencial para los procesos productivos se genera en su totalidad a partir de residuos de aserrín y recortes de MDP/MDF, evitando el uso de recursos naturales y combustibles fósiles, y contribuyendo a la mitigación de la contaminación y el cambio climático. Mediante un sistema estructurado de logística inversa, Florense compensa anualmente cerca de 160 toneladas de embalajes, garantizando su disposición ambientalmente adecuada, fortaleciendo cooperativas de recicladores y promoviendo la reincorporación de materiales al ciclo productivo.